jueves, 16 de agosto de 2018

LA GUERRA DE LA RESTAURACION ... HOY CELEBRAMOS NUESTRO 155 ANIVERSARIO DE RESTAURACIÓN

Resultado de imagen para dia de la restauracionLa Guerra de la Restauración fue una guerra llevada a cabo en Santo Domingo desde 1863 hasta 1865 entre los dominicanos y España, que el conservadurismo dominicano había invitado de nuevo a tomar posesión del país 17 años después de la Guerra de Independencia contra la República Haitiana y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se declararan independientes de España. 

El conflicto terminó con una victoria dominicana debido a la retirada de las tropas españolas tras las Cortes ordenar su repliegue, debido a que los costes de la guerra eran muy altos y no necesitaban el territorio.

En 1861, el general Pedro Santana había arrebatado la presidencia a Buenaventura Báez, quien había quebrado la Tesorería de la Nación con grandes ganancias para sí mismo. Frente a una crisis económica, así como la posibilidad de un nuevo ataque de Haití, Santana pidió a España que retomara el control de su antigua posesión bajo la categoría de provincia, con tan solo 17 años de independencia. Al principio, la monarquía española estaba preocupada, pero con los Estados Unidos ocupados con su propia guerra civil e incapaces de imponer la Doctrina Monroe, consideraba que había una oportunidad para reafirmar el control en América Latina. El 18 de marzo de 1861, se anunció la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general de la recién creada jurisdicción.
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Sin embargo, este acto no fue bien recibido por todos. El 2 de mayo, el general José Contreras lideró una fallida rebelión, y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití (cuyo gobierno aunque oficialmente neutral, le preocupaba que España afianzase su poder en la zona), pero fue capturado y ejecutado el 4 de julio de 1861. Eventualmente Santana renunciaría a su cargo en enero de 1862 tras sostener diferencias con las autoridades españolas en Cuba que limitaron su poder y que destituyeron a sus amistades para colocar a peninsulares en los cargos de poder; la reina Isabel II le confirió el marquesado de las Carreras como compensación por sus servicios al Reino.

Las autoridades españolas comenzaron a alienar a la población en general mediante el establecimiento de una política conocida como “bagajes”, que requería que los ciudadanos entregaran cualquier animal de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización. Esto fue especialmente problemático en la región del Cibao en el norte, donde los agricultores dependían de sus animales para su sustento. Un segundo factor fue cultural: el nuevo arzobispo de España se horrorizó al descubrir que un gran número de parejas dominicanas no estaban casadas bajo la Iglesia católica. Esta situación se produjo debido al pequeño número de sacerdotes en el país, así como la pobreza y la falta de caminos y transporte para llegar a una iglesia para casarse. Con las mejores intenciones, el arzobispo Bienvenido Monzón quería poner remedio a esta situación en un corto tiempo, pero sus demandas solo irritaba a la población local que había llegado a aceptar el estado actual de los nacimientos "ilegítimos" de forma normal.

El Grito de Capotillo

El General Gaspar Polanco derrotó a los españoles en la Batalla de Santiago
El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo de 14 hombres bajo el liderazgo de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión en el cerro de Capotillo (Dajabón) e izaron el pabellón dominicano. Esta acción, conocida como el Grito de Capotillo, fue el comienzo de la guerra. Entre los integrantes se encontraban Benito MonciónJuan Antonio Polanco, hermano mayor del general Gaspar Polanco, Pedro Antonio Pimentel, entre otros. El experimentado guerrero Gaspar Polanco esta vez se coloca al su lado y llega con ellos a las afueras de la ciudad de Santiago, la cual fue sitiada por miles de hombres.

La Batalla de Santiago

Una ciudad tras otra en el Cibao se unieron a la rebelión, y el 13 de septiembre, un ejército de 6,000 dominicanos lidereados por el Comandante en Jefe de la guerra restauradora, el General Gaspar Polanco, se atrincheró en la Fortaleza San Luis, en Santiago.
Polanco fue proclamado Comandante en Jefe de las fuerzas restauradoras, por todos los caudillos revolucionarios de la región. Fue aceptado por sus condiciones de valeroso y competente guerrero, por haber sido el único general de las campañas de la Independencia que tomaba parte hasta ese momento en el movimiento, por su peso social, su prestigio y su autoridad.
Tomó la decisión de incendiar parte del pueblo de Santiago, rodeando a la Fortaleza de San Luis en un torrente de llamas y humo.
El General Gregorio Luperón encabezó la guerra en las provincias del Sur y el Este.
La estrategia surtió el efecto esperado, ya que cuando la ciudad quedó en cenizas, perdió valor estratégico para los españoles que no tenían de donde abastecerse, ni donde guarecerse. Cuando los sitiados en la Fortaleza San Luis decidieron salir hacia Puerto Plata, les persiguió tenazmente, emboscándoles en El Carril, y El Limón, provocando numerosas pérdidas para los españoles. En Gurabito venció a Hungría, Alfau y al brigadier español Manuel Buceta. En Puerto Plata, también venció a los españoles. Libró otras batallas importantes para la gesta restauradora.
Polanco alcanzó el grado de Generalísimo por su eficiencia y valor en la Batalla de Santiago9​.

Provincias del Sur y el Este

Cuando se supo que Pedro Santana pretendía invadir el Cibao, se designa a Gregorio Luperón, quien fue entrenado por Polanco en el arte de la guerra y la estrategia, como Jefe Superior de Operaciones en las provincias del sur y del este.
Debido al mal estado administrativo y tecnológico del ejército español, existía una gran ausencia de mandos terrestres, y muy poca inexperiencia en el resto. José Luis Ceacero Inguanzo, oficial naval, recibió la orden de dirigir a una sección de tropas desde La Romana y Higüey, sin ninguna estrategia sino la de eliminar toda resistencia en dicho camino. Estas tropas fueron igualmente derrotadas, y Ceacero dio la orden de retirarse, en contra de varios mandos.
En Santo Domingo, se bate de frente al ejército español, que era comandado por Pedro Santana, por entonces Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado, el ejército español fue derrotado por Luperón en una estrategia de guerra de guerrillas, debido esto a la inferioridad en número y en calidad de medios por parte de los rebeldes.

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