Minutos después de alcanzar su última victoria, José Fernández miró a los periodistas y comentó sobre los Marlins: “este equipo joven en el futuro va a dar muchas sorpresas”, pero ese futuro hoy ya no existe. Si Miami se acostó el sábado con la esperanza de verlo lanzar una vez más antes de que finalizara el 2016, se levantó el domingo con la terrible noticia de su fallecimiento en un accidente de bote.
El cubano era el gran motivo para asistir al parque de La Pequeña Habana y para los Marlins y la ciudad entera resulta una noticia dolorosa que tendrá profundas repercusiones en los próximos años. El pitcher cubano estrella de los Miami Marlins murió el domingo por la mañana en un accidente marítimo, según confirmaron fuentes a el Nuevo Herald.
El pelotero de 24 años fue una de tres personas que murieron en un accidente de botes cerca de las costas de Miami Beach, que habría ocurrido alrededor de las 3 a.m. “Estamos consternados con lo que ha sucedido y la organización ha decidido suspender el juego de este domingo”, confirmó Juan Martínez, encargado de relaciones comunitarias de los peces. “Esto es un golpe demasiado duro para todos”.
Desde el momento en que Fernández llegó a las Grandes Ligas, los Marlins contaron con un jugador energético, que conquistó los corazones de sus fanáticos y era considerado una piedra angular de la franquicia.
Su muerte borra cualquier vestigio de positivismo en una temporada que, para él en lo personal, era una de las mejores de su carrera.
“La organización de los Marlins está devastada por la trágica muerte de José Fernández”, dijo el equipo en una declaración. “Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia en este momento”.
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