El aparato, que se dirigía a Jacmel, en el sureste del país, tiene su certificado de aeronavegabilidad y está en condiciones de volar, pero “no está registrado como avión comercial”, agregó Dumas.
“Este avión tiene la categoría de avión privado, pero no comercial”, dijo el funcionario a una emisora local, agregando que tampoco contaba con una oficina en la que se pudieran comprar billetes.
En un comunicado, la Dirección de Seguridad de la Aviación Civil de Haití (Dsach) constató que recientemente, muchos propietarios de aviones privados han comenzado a realizar vuelos comerciales, “en violación flagrante de los reglamentos” del país, y solicitó formalmente que se suspenda este tipo de operaciones.
El avión siniestrado salió de Puerto Príncipe con destino a Jacmel, pero después de 13 minutos de vuelo alertó a la torre de control y luego hizo un aterrizaje de emergencia en una avenida de Carrefour, donde se estrelló.
Según el último informe oficial, al menos seis personas murieron y otras cuatro resultaron heridas al estrellarse el aparato, un Cessna-207.
El aterrizaje forzoso, agregó, “debe hacerse en la costa”, por lo que atribuyó la “catástrofe” a “la elección de aterrizar en la carretera”, añadió el funcionario, quien precisó que este tipo de avión privado no cuenta con una caja negra.
Dumas anunció una investigación para determinar las causas reales del accidente.
Entre los fallecidos figura Richard Edma, exdelegado de la ciudad de Jacmel, y el piloto Amado Rusberlin Gutiérrez, de nacionalidad dominicana.
En los últimos dos años, al menos tres avionetas se han estrellado en Haití en medio del aumento del tráfico aéreo y la falta de control del sector por parte de las autoridades del país.
El tráfico aéreo ha aumentado desde hace un año en Haití debido a la inseguridad y, en particular, por el bloqueo de la entrada sur de la capital por parte de los grupos armados que luchan por el territorio de la barriada de Martissant.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario