CUBA NO QUIERE AYUDA DE ESTADOS UNIDOS. . . SON POBRES PERO BABOSOS COMO LOS HAITIANOS

A dos semanas del paso del huracán Matthew por Cuba, que golpeó a la región más oriental de la isla, comienza a fluir la ayuda internacional, aunque aún no llega a todos los damnificados y la distribución de alimentos es uno de los aspectos más críticos. “Por ahora no ha llegado nada de ayuda internacional” en forma de víveres, dijo el padre Mateo Costinobi, párroco de Baracoa, en una entrevista telefónica el martes. “El Estado ha regalado siete libras de arroz y una semana después del huracán reactivaron las tiendas pero hay filas inmensas y policía en cada tienda”, agregó. Video documenta los destrozos dejados por el huracán Matthew en Maisí Este video, filmado en Maisí, en la provincia oriental de Guantánamo entre los días 6 y 7 de octubre luego del paso de Matthew por Cuba, muestra los destrozos en la zona, la cual quedó temporalmente incomunicada.  

 El párroco de Baracoa dijo que la organización católica Cáritas en Guantánamo fue la primera en llevar alimentos a los pueblos cercanos a esa ciudad y el jueves espera recibir “un poco de ropa que han recogido en La Habana y otros lugares. No sabemos nada de ayuda proveniente de Miami”, dijo. Aunque el gobierno de la isla autorizó la entrada de aviones con ayuda de Japón, vía Miami, se ha negado a hacer lo mismo con las donaciones que llegan directamente de Estados Unidos. “El problema es que el gobierno [cubano] no está permitiendo que entre al país ayuda de emergencia proveniente de Estados Unidos”, confirmó José Espino, un sacerdote de Hialeah que está ayudando a coordinar la ayuda a las diócesis de Guantánamo y Baracoa. Espino dijo que hay interés en ayudar a Cuba, incluso con el envío de una avión con alimentos, pero la Iglesia en Cuba no ha obtenido el permiso para recibir las donaciones de EEUU.

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 Mientras tanto, la Iglesia de Miami ha hecho donaciones monetarias a la Iglesia en Cuba para la adquisición de alimentos y otros artículos necesarios para ser distribuidos a los damnificados. Catholic Relief Services piensa usar la misma estrategia y enviar dinero a Cáritas Cuba para que compre víveres dentro del país pues tampoco ha podido obtener acceso directo. “El problema de comprar en el mercado local en Cuba es que no hay ventas al por mayor y comprar grandes cantidades significa que habrá menos para otras personas en Cuba, así que la Iglesia está comprando víveres en pequeñas cantidades”, explicó Espino. El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas anunció la semana pasada en un comunicado que repartirá alimentos a 180,000 personas en coordinación con el gobierno cubano, en un plan de ayuda que durará seis meses. La prensa local reportó que el fin de semana arribaron almacenes temporales y pastillas de cloro para el agua, pero no mencionó nada de alimentos. Japón también envió dos cargamentos de ayuda (tiendas de campaña, mantas, bidones portátiles, purificadores de agua y rollos de cables, según reportó el periódico Granma) que arribaron a Santiago de Cuba el martes y el miércoles, procedentes de Miami, donde se encuentra una sede de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).

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   Venezuela también ha enviado dos cargamentos de ayuda con materiales para la construcción y la restauración del sistema eléctrico, fuertemente afectado en zonas como Baracoa, Imías y Maisí. Las imágenes del impacto del huracán en Baracoa, las primeras en publicarse, consternaron a los cubanos. La fuerza del mar destruyó el malecón de la ciudad y el viento se llevó los techos. El paso de la tormenta dejó a los residentes sin agua y electricidad por una semana. El jueves se reanudarán los vuelos al aeropuerto de esa ciudad, lo que podría facilitar la entrega de asistencia humanitaria. Costinobi dijo que quienes perdieron sus viviendas estuvieron alojados en escuelas y otros centros estatales, “pero el domingo los han desalojado porque el martes comenzó la escuela y tienen que arreglarse cada uno. Hay una situación de emergencia. Muchos han vuelto adonde tenían sus viviendas, tratando de recuperar la media teja que tenían, están viviendo a cielo abierto”.