Indicó que desde ese hospital fue transferido al Arturo Grullón porque nació con una estatura de 1.4 kilogramo y complicaciones de salud, como dificultad respiratoria y prematuridad con edad gestacional de 33.1 semanas.
Morel expresó que a pesar del esfuerzo de los médicos, resultó inútil salvar la vida a la criatura y que al comunicarle el deceso a su madre, una haitiana indocumentada, ésta alegó que no era su hijo y que se encontraba vivo en la sala de neonatal.
La funcionaria hospitalaria reveló que la extranjera reclama el hijo de otra compatriota suya que fue ingresado al Hospital Arturo Grullón en fecha distinta.
El otro recién se encuentra recluido en el área de Cuidados Intensivos Neonatal y que nació el 4 de agosto en el sector Barrio Lindo de Esperanza con un tiempo gestacional de 36 semanas y un peso de 2.4 kilogramos y con diagnóstico de “ictericia de origen a investigar incompatibilidad Abo”.
Asimismo, manifestó que sus padres que también son haitianos indocumentados están al tanto de la situación de su hijo y que con frecuencia lo visitan.
Reveló que debido al desorden provocado por los extranjeros fue necesario llamar a la Policía, presentándose dos unidades acompañados de varios agentes quienes lograron dispersar pacíficamente a los revoltosos.
También informó que junto al personal médico se reunieron con representantes del Consulado haitiano en Santiago y que le expresaron su queja, para que hechos de esta naturaleza no vuelvan a ocurrir.
Subrayó que el cadáver del bebé fue enviado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses en Santiago para aclarar la situación.
ALGUNOS ARMADOS
Varios empleados y familiares de niños que se encuentran ingresados y de otros que buscaban consultas en el centro de salud regional pediátrico dijeron que al menos tres de los extranjeros portaban armas de fuego, otros con cuchillos y objetos contusos.
Algunas madres y padres al ver el desorden huyeron despavoridos con sus niños enfermos en brazos y se quejaron de que los miembros de las dos patrullas policiales que llegaron al centro de salud se negaron a apresar a los revoltosos, a pesar de que muchos de ellos portaban armas de fuego y blancas.
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